Estoy dormido en el fondo de la lluvia sin rencor en el oído que haga dinámico mi bienestar. Desnudo camino por el bosque en mañana de cigarras epilépticas, y lloran las lágrimas por las que quisiera que navegara tu barquito de candelabro. Y el mediodía es un salto a un pozo. Quiero morir. Pero no sé hacerlo sólo. Por el paseo de castaños paseaban los enamorados besando el horizonte del alma, sin saber que el amor nace, envejece y muere de espaldas a ellos y a traición.