Aquel beso me supo a amargura cuando te marchaste, y en el alma sentí la impotencia de saber que no Volverías a ser lo que fuiste porque me olvidaste es inútil que quieras negarlo fue cosa de dios.
Por qué tu me pagas así si yo tanto te quise, por qué me consuelas diciendo que vas a volver. Si en el alma te llevas la gloria de quien te bendice, es injusto que dejes mi boca con sabor a hiel.