Soy obrero pampino y soy tan reviejo como el que más y comienza a cantar mi voz con temores de algo fatal. Lo que siento en esta ocasión, lo tendré que comunicar, algo triste va a suceder, algo horrible nos pasará. El desierto me ha sido infiel, sólo tierra cascada y sal, piedra amarga de mi dolor, roca triste de sequedad. Ya no siento más que mudez
y agonías de soledad sólo ruinas de ingratitud y recuerdos que hacen llorar. Que en la vida no hay que temer lo he aprendido ya con la edad, pero adentro siento un clamor y que ahora me hace temblar. Es la muerte que surgirá galopando en la oscuridad. Por el mar aparecerá, ya soy viejo y sé que vendrá.