Sé que mi corazón resulta flojo, que no aprendió a mirar como se olvida y no se salvará con un retoño pues ya a mitad del sueño se fatiga. Sé que mi corazón resulta corvo para el sin fin de lunas que le esperan se quedará en las quejas y los odios con mera palidez de sus estrellas. Sé que mi corazón resulta loco que un beso volcará sus azucenas y le resbalará la miel de un sorbo desde el peor pan*l de su colmena.
Ay de este corazón, que casi tonto, tan alto el oro presta a mi medida que no sé como se endurece un poco para los sinsabores de la vida. Ay de este corazón que aún ríe tanto que en la llovizna inclina su balanza y, mientras duermo la ilusión llorando, mi corazón cantando se levanta! Sé que mi corazón resulta loco que un beso volcará sus azucenas...