La madrugada me sorprendió en tus brazos Y yo, como buen jugador Había apostado, A que el destino me haría, Una mala jugada. Pero la historia A veces se equivoca Y desnuda, sin tu excéntrica ropa Amanecimos, En aquel cuarto de hotel Sin cuadros de Monet. En las leyes del corazón Ni los dioses pueden mandar Por eso te suplico Que te dejes amar Como jamás...yo amé. Dejemos de ser Esos amantes clandestinos Que se citan en lugares escondidos
Haciendo el amor Con los ojos vendados Oliendo a licor Con la lengua seca Y el vientre disfrazado...de ambición. Pero la gloria No existe sin tu boca Y en penumbras, Cuando tu vientre me arropa, Coincidimos, Que la magia del placer Está en lo prohibido del querer Dejemos de ser Esos amantes clandestinos... Llegó la hora de decir adiós Llegó la hora de la melancolía Tu vida y mi vida suman cero Esto es sólo un asunto De s**o por...dinero