Y cuándo empezó todo a tener un precio tal vez cuando un necio a la luz se miró y vio que a su lado despiadado el frío sin techo ni abrigo, otra vida cobró. O fue cuando el hambre terminó con Eva y le dijo prueba, el reptil seductor vaya precio que paga, vaya precio que paga vaya precio que paga por vivir el amor. Cuando un hombre debe más de lo que come se entiende que entonces la teoría falló porque aferrada y gorda la ambición respira en otra barriga, en otra mansión.
Siempre trata el hombre de curar sus males siempre tanto vales, tanto curarás vivo sigue el mal mientras el bicho exista y corra el socialista tras del capital. Seguimos subidos todos en un globo buscando acomodo sin poder bajar y nunca ha faltado quien le ponga el precio al silencio, al tiempo, a la luz, a la paz. Al derecho ajeno y al respeto mismo a la piel, al vicio o a la libertad a la sinceridad, a la complacencia al mar, a la ciencia y hasta a la verdad.