Bajo el destello de una luz encantada a media noche su figura cambió de salamandra a hechicera sagrada por el conjuro de los brujos del sur. dame más quiero más. gemía su alma temblaba su ser dame más, quiero más; todo el poder que del embrujo de la tierra brotó. Nada más quisiera estar allí para hacerte sufrir acariciando palmo a palmo tu cuerpo, húmedo como un reptil. Salamandra. voz de fuego, ojos de mujer
piel de hielo que me envuelve hasta enloquecer. Corría libre a través del pantano vistiendo hojas cocidas con fango. hechizando a los hombres que al verla creían que era inocente su risa. dame más, quiero más. chupaba su alma mientras su cuerpo el placer corroía. dame más, quiero más. solo esperaba que el tiempo diera su próxima víctima. Nada más quisiera estar allí...